jueves, 5 de septiembre de 2013

Energía y materia. Vacío y forma.

Las fuerzas energéticas en el ser humano (y otros…),  se interiorizan y se exteriorizan.
Aún siendo fuerzas contrarias, el equilibrio está en su unión.
La norma en el ser humano es la de elegir, y es el  elegir quién desequilibra las fuerzas.
Saber discernir entre visión dual y visión no dual, da la sabiduría de cómo no elegir, no provocar causas.

El motivo de la elección será el karma; mas en relación a la naturaleza del sujeto,  cuando a un ser concreto se refiere. Ya que la ley de causa y efecto controla la generalidad, y en lo particular se topa con el inconveniente de descubrir el Yo de esa naturaleza, su esencia, porque no podrá tener poder sobre lo que no existe y no concuerda con la ley kármica.
 (La contradicción desemboca en el otro lado, ¿De qué naturaleza me habla?)

Existe la fuerza centrípeta, que hace crecer el interior y es infinita.
Y existe la fuerza centrífuga,  que abre puertas de escape,  para que se fugue parte de la energía que crece en el interior.
El símbolo de la renovación,  la respiración.

Existe un infinito dentro de lo definido como finito. Y a la vez lo definido como finito, puede seguir creciendo.  De esta forma se idea “la creación”, haciendo de lo finito pasado, pues siempre habrá un  devenir, éste  terminará cambiando lo finito.
Y todas las cosas fueron creadas con éste principio.

Así, siendo lo finito la forma, será la materia.
Y siendo lo infinito el vacío, será la energía.

La creación pasa por la alternancia de las diferentes naturalezas y sus fuerzas, entre materia y energía.
Energía + movimiento = materia
Materia + movimiento = energía

El movimiento es la fuerza, partículas elementales, partículas que, con masa o sin ella, pertenecen a la energía.
La unidad de medida de la materia es el átomo. Es el objeto de creación de la energía. Una vez construido el átomo, se da forma a la materia con su multiplicación.
En su paso de energía a materia, éstas partículas tienen varias posibilidades a la hora crear, pueden tomar un camino u otro, pueden elegir.
Es la diferencia entre materia y energía. La materia no puede elegir.


La energía que se fuga tiene su causa en el estado que la sostiene, y está fuera del alcance del karma. A través de la respiración se depuran tanto la materia como la energía, depuradas reconocen el equilibrio  por las vibraciones que transmiten.
En estado de meditación, una persona puede sentir las ondas gravitacionales de estas vibraciones, cada vez que observando el silencio se las encuentren.