martes, 30 de abril de 2019

La energía en la India.


Es curioso el dato histórico que existe sobre la energía en la India.
El yoga se practica y se estudia desde hace miles de años en la India.
Las posturas de yoga sirven para dirigir nuestra energía interior hacia un órgano vital y reforzarlo. Las personas practicantes, al cabo de años, reconocerán esta energía vital que pueden dirigir, en su interior.
Cuando la conocen, dejan de practicar yoga, porque dirigen la energía hacia cualquier parte del cuerpo con la intención. Y pasan a practicar el gran yoga, la meditación.
Porque nunca nos lo han contado, podemos pensar, que sin aprender a meditar podemos practicar meditación, mas no es así. 

Primero hay que aprender y saber meditar. Esta práctica, el aprendizaje, llevará de 10 a 20 años hasta saber meditar y empezar su práctica correctamente.
Usted, ¿sabe leer? Sería extraño que una persona que no sabe leer leyera esto. Piense si en la India se preguntan entre sí ¿sabes meditar?, seguro que no.
Existen escuelas de yoga, no existen escuelas de meditación, y ahora verán porqué.

Existen dos enseñanzas básicas para aprender a meditar, pienso que se las enseñaban desde niños.
1ª enseñanza. Parar los pensamientos. Duración de la practica de 3 a 5 años.
Siéntate con la espalda recta y escucha tu respiración, el objetivo es parar cualquier pensamiento que tengas, escuchando tu respiración.
Observando tu respiración, iníciate en el arte de la respiración.
2ª enseñanza. Observar los pensamientos. Duración de la práctica de 10 a 15 años.
Ahora permitirás el surgir del pensamiento, el objetivo es observarlo sin intervención.
Recurrir siempre a la respiración cuando sea necesario.
Terminar la investigación sobre el arte de la respiración.

Es cierto que podrían extenderse estas enseñanzas a tres páginas, y especificar más, o mejor, y también es cierto que a las niñas y a los niños no es necesario explicar más, la practica es personal y no debe dirigirse su aprendizaje, este debe ser natural, dejando que fluya naturalmente lo que ha de acontecer.

Siguiendo la historia, en Japón un maestro practicando la meditación obtuvo un conocimiento que compartió con la humanidad.
Cuando inspiramos, las palmas de nuestras manos absorben energía.
Cuando expiramos (soplamos) las palmas de nuestras manos expulsan energía.
Así, cuando colocamos nuestras manos una frente a la otra, con nuestra respiración se forma una bola de energía entre las dos manos. Con la practica de 5 minutos diarios se consigue tocar la energía a través del calor primero, y la electricidad de tus manos después.

Si anteriormente a la practica se colocan las palmas de las manos mirando a la tierra durante uno a tres minutos, las manos se cargarán de energía vital de nuestro planeta Tierra, después será más fácil crear la bola de energía.
Para comprobarlo, pueden poner las palmas de sus manos (sin tocar, a unos centímetros de distancia) en una herida, cicatriz o una dolencia en el cuerpo, artrosis también, y comprueben la interacción energética observando lo que siente.


He de hacer una advertencia, el poder de la energía de la Tierra que recogemos a través de nuestras manos es muy potente (no es un juego), para todas las personas y especialmente mayores de 50 años si sienten somnolencia mientras absorben energía con las manos, duerman, no se lo piensen, la primera muestra energética relacionada con la salud es un equilibrio atómico, y nuestro organismo necesita que la persona esté dormida, es la razón de la somnolencia.

He visto caer a plomo a una persona, la mejor prevención para las personas mayores es practicar sentadas o acostadas (y a ser posible acompañadas), y las manos mirando la Tierra.
Cuando las manos están cargadas, y no sienten somnolencia, practican hacer una bola de energía o imprimen energía directamente de la palma de sus manos a cualquier dolencia que tengan a través de la respiración.



Hablo de comprobar, investiguen primero, el objetivo es conocer la energía, tocarla con sus manos, una bola de energía no se ve, si está es porque la persona nota como se comprime cuando la aplastamos y como se estira cuando alejamos nuestras manos unos centímetros, siempre al ritmo de la respiración.

Con la imposición de las manos sobre cualquier dolencia, herida o cicatriz, a unos centímetros sin tocar, sentirán la interacción energética por el calor al principio, las corrientes después, y cierto dolor (sin doler) al final después de 5, 10 o 15 minutos.
Hablo de comprobar, el tiempo estimado de personas expertas sería de un mínimo de 25 o 30 minutos.

Por repetirme, la constancia de la práctica ha de ser cotidiana.
Las personas jóvenes y sanas en general les costará más, tal vez, sentir la energía, porque no tienen dolencias donde comprobarla y tienen que tocarla directamente.
Chynotaw O´hara

Inteligencia natural del ser humano 10



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