martes, 21 de marzo de 2023

Una historia de Amor

 

La Luna se enamoró del Cielo, el Cielo se enamoró de la Tierra, y se casó con ella.

La Tierra tuvo un hijo, el Trueno, que dejó al cuidado de la Luna, mientras ella disfrutaba del cielo. La Tierra tuvo un segundo hijo, el Agua, quién como su hermano mayor, estuvo al cuidado de la Luna.

El Cielo con el tiempo empezó a conocer mejor a la Luna, y se dio cuenta que la Luna estaba enamorada de él, y le concedió la gracia de un hijo.

Para ser presentado éste a la Tierra se le dijo que era el hijo del trueno, el Viento.

El Viento estaba cobijado por el Trueno y la Luna además de la Tierra, por considerarlo de su naturaleza.

La Luna concibió otro hijo, el Fuego; esta vez le tocó al Agua presentarle a la Tierra al Fuego como su hijo. Este fue mal criado por la Tierra y el Agua, y la luna no lo pudo proteger.

Este último acontecimiento excitó a la Tierra, y el Cielo para calmarla le ofreció la idea de concebir otro hijo. Pero no terminaba de calmarse la Tierra, provocando la ira de sus hijos:

El Trueno y el Agua, que crearon y provocaron la lluvia, la cual guiada por el Viento perseguía al Fuego con la macabra intención de hacerlo desaparecer de la faz de la tierra.

El Cielo tuvo entonces otra idea, esta vez la Tierra se calmaría, le propuso concebir una fémina y le llamaría " Montaña". Ésta seria alta y la Tierra se encargaría de hacerla hermosa.

A la Tierra le agradó la idea de algo tan nuevo para ella como una hija, la mimaría y la haría muy hermosa para poder reflejarse en ella.

Todo parecía volver a su cauce, para regocijo del Cielo, éste nuevo miembro de la familia por ser femenino, despertó entre sus hermanos la curiosidad y con ella amabilidad, hasta el pobre Fuego dejó de ser el punto de mira de las gamberradas de sus hermanos.

El Cielo visitaba a la Luna muy a menudo, ésta lo bañaba en un mar de tranquilidad y sosiego. La Luna no podía reprimir la idea de tener también un hijo femenino y así se lo hizo saber al Cielo, pero éste se negaba en rotundo; se daba cuenta que se pillaría los dedos si accedía, la primera fémina despertó sensibilidad, la segunda despertaría todo lo contrario.

" He dicho no y no me harás cambiar de parecer".

La Montaña era mimada por la tierra y sus hermanos, le daban todo lo que quería. La Luna envidiaba con tristeza al cariño que le daba la madre a la hija. , Y de nuevo rogó al Cielo; y éste se volvió a negar y la Luna rompió a llorar, el Cielo se afligió y se le ocurrió otra idea.

La Luna tendría un hijo, éste viviría en la montaña y así podría conquistarla y casarse con ella, ganando la Luna una hija.

La Luna se resignó y optó por dar como buena la idea del Cielo, este nuevo hijo seria su posibilidad y con ella nacería la esperanza.

El tercer hijo de la Luna se llamó lago. El Cielo le dio cobijo en la Montaña ocultándolo a través del Agua, que no puso ningún reparo por el cariño que le tenia a la Luna, y por el respeto hacia su padre, éste confiaba en él para que le ayudase a crecer y algún día conquistaría la Montaña.

Así el Cielo se convirtió en el patriarca de una gran familia.

La familia por si sola era una nada, pero una nada muy particular, era la nâda del cielo y este entendió que nâda, era porque surgió de lo imprevisto, imprevisto cuanto desordenado.

En afán de hacer surgir de la nâda un valor en sí misma, creó una ley con intención de ordenar el movimiento de la nâda, dándole un espacio, una velocidad y un tiempo determinado a cada miembro de la familia.

Al Viento le dio el don de la disolución, y surgió lo suave y penetrante.

Al Agua le dio el don del humedecimiento, y surgió lo abismal y peligroso.

Al Fuego le dio el don del calentamiento, y surgió lo luminoso y adherente.

Al Trueno le dio el don del movimiento, y surgió lo suscitativo y movilizaste.

A la Montaña le dio el don de la detención, y surgió el aquietamiento.

Al Lago le dio el don del regocijo, y surgió lo sereno y regocijante.

A la Tierra le dio el don de la conservación, y surgió lo receptivo y abnegado.

El Cielo tenía el don del dominio, e hizo surgir lo creativo y fuerte que llevaba dentro.

Así el Cielo y la Tierra determinaron la dirección, son el eje de la orientación.

La Montaña y el Lago mantienen la unión de sus fuerzas, y su relación es:

El Viento sopla desde la Montaña hasta el Lago, y las nubes y brumas ascienden desde el Lago hacia la montaña.

El Trueno y el Viento se excitan mutuamente y se refuerzan al surgir.

El Fuego y el Agua no combaten entre sí; en el mundo de los fenómenos manifiestan un antagonismo irreconciliable, pero en las relaciones premundanas sus efectos no se perturban mutuamente, sino que se sostienen en reciproco equilibrio.

Así lo que en principio fue una intención de ordenar el movimiento se convirtió en un valor en sí mismo; el movimiento como principio y como principio el valor de su fuerza para crear movimiento.

Quedó constituida la ley, esta se hizo eterna creándose la vida en la Tierra y con la vida nació la Eternidad. Y la ley con la Eternidad se convirtió en ley divina. El movimiento de la Eternidad hace que se manifieste la vida al surgir en el signo de lo suscitativo; hace que todo sea pleno en el signo de lo suave; deja que las criaturas se perciban mutuamente con la mirada en el signo de lo adherente; hace que mutuamente se sirvan en el signo de lo receptivo; da alegría en el signo de lo sereno.

Lucha en el signo de lo creativo; se afana en el signo de lo abismal; y lo lleva a la consumación en el signo del aquietamiento.

Y así fue como vivió nuestra naturaleza una bonita historia de Amor, historia que se conoce en todo el universo, porque la Tierra es el planeta más bonito de todos los que existen.

 Chynotaw O’hara.

 

Mis viajes al cielo

 










 

 


En el aire, en el aire, y con el aire al cielo

Al cielo con el aire, que es donde estás tú

Y miro al cielo que estás tú

Porque estás en el cielo y porque miro al cielo estás tú

Llévame al cielo aire

Sí, voy a hacer un pacto con el cielo

Sí otra vez y todas las que me deje

Voy a pedirle que abra otra vez su ventana

Quiero verla

Quiero verla por última vez

Sí otra vez es la última

Me da vergüenza hablarle al cielo de penúltima

¿Prometer? Sí, lo de siempre

que seré bueno

que seré malo

que seré lo que el momento me tenga reservado

pero que me daré cuenta de lo que soy en todo momento

y ahora soy esclavo de mi amor por ella

ahora soy esencia de un enamoramiento

existo porque me enamoré

me enamoré porque existes tú

gracias a tu existencia tengo de nuevo la posibilidad de verla

de verla por última vez

gracias señor de los inmensos espacios

gracias señora de las ínfimas velocidades

por llevarme y por traerme

por el ir y venir del aire al cielo y a la tierra

gracias cielo, gracias tierra

gracias a los dos por dejar al aire frotarme el rostro

en sus idas y venidas

gracias cielo, gracias tierra

gracias a los dos por cobijarnos

a uno en la tierra y a la otra en el cielo.

Te quiero Amor.

Sí ya sé que tú también me quieres,

Porqué iba yo ha estar vivo si no.

 

                                                       Chynotaw O’hara.

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 12 de marzo de 2023

La razón de Ser Chynotaw O´hara


La razón de Ser por Chynotaw O´hara

En el principio de los tiempos y los espacios

el señor de éstos se enfadó con su andrógino,

éste se había creado a través de la soledad.

Para que lo dejase tranquilo, y no soportar su enfado,

el andrógino le pidió la libertad.

El señor quiso concedérsela, teniendo la posibilidad de hacer que su enfado se marchase también con él; inmediatamente obtuvo un conocimiento, un saber y con él una idea. 

Dio forma a la materia de su alrededor que estaba en desorden, al ordenarlas se creó el universo con sus soles, alrededor de estos sus planetas con sus satélites, y con la energía del saber creado dio vida a su propia vida.

El señor le preguntó dónde quería ir a vivir su existencia y el andrógino eligió la tierra.

Compartiendo y experimentando la vida con ella se crearon organismos vivos, de los cuales surgieron animales y plantas vegetales para su alimento.

Terminado este proceso la tierra estaba tranquila y nada alteraba su orden, el andrógino conoció el aburrimiento.

Para salir de él se desprendió de uno de sus poderes, el de la inteligencia, de esta manera al no pensar no podría aburrirse.

El andrógino del señor de los tiempos y los espacios se marchó al satélite de la tierra, la luna, y la tierra se quedó con su inteligencia.

La tierra quiso convertir la inteligencia en energía, pero no pudo, la inteligencia era demasiado sutil para ser una energía, entonces la convirtió en Hipóstasis (razón de ser) y le dijo: " ves y busca refugio en el animal que más te necesite ".

Al primero que encontró fue el león, éste se convirtió en el rey de todos los animales de la selva. Después de esto el león no supo hacer más con la inteligencia, y ésta se marchó convirtiéndose de nuevo en Hipóstasis.

Así llegó hasta el elefante, éste le pidió la memoria y su deseo fue concedido, y la inteligencia siguió su viaje por el planeta buscando un animal adecuado para refugiarse en él como le había ordenado su dueño.

Así fue concediendo los ruegos de los animales que se encontraba por el camino; al toro lo hizo bravo, al pavo real hermoso, y en definitiva a todos los animales des dio una condición de ser.

Y encontró un animal que sufría por su ignorancia, sin saber que éste era el motivo de su sufrimiento; la inteligencia pensó que éste era el animal que debía escoger, dándole la oportunidad de ser feliz.

Este animal era el hombre, que hasta entonces no había parado de rezar a su dios el sol para pedirle buenos augurios, el hombre siempre estaba pidiendo.

La inteligencia convertida en Hipóstasis le dijo:

" Si me das refugio en tu corazón yo te lo sabré agradecer y te haré transcender ".

Desde entonces el hombre se hizo racional y trascendente, dependiendo de él la vida del planeta.

Al señor le gustó la hazaña de su andrógino y decidió ayudarle en su labor desde el cielo.

Desde entonces cada cierto tiempo manda a la tierra un poco de su propia inteligencia convertida en Hipóstasis y baña con ella a todos los hombres para hacerlos cada vez más humanos, dándoles la razón de porqué han de cuidar de la tierra su Madre, y de todos los animales que habitan en ella.

A ti que estás leyendo esta historia y te quieres hacer más humano te diré que la razón de ser está en el amor y el perdón, en la humildad y la generosidad. 

Practicando tu razón de ser eliminarás tu ignorancia y con ella tu sufrimiento.

La razón de Ser por Chynotaw O´hara