Sobre la Casualidad
La casualidad bien pudiese ser nada, puesto que de la nâda nace mas, lejos está de ello la Casualidad.
Sin mas decir que, entre ella y la Nâda hay causalidad, la fuerza que mueve a ésta, la velocidad, el tiempo, el espacio, la necesidad, el momento, la posibilidad, la eternidad, ¿y todo para ser... nada?
Con la Casualidad la Eternidad tiene la posibilidad en el instante del momento, y la necesidad en el espacio – tiempo que mueve con fuerza la causalidad de la nâda.
Casualidad no es nada, Casualidad es Hipóstasis.
Hipóstasis es sustancia divina, divina porque viene de la eternidad.
La Casualidad ha estado siempre, desde el principio, justo después del primer momento.
¿Qué gana la Eternidad con la Casualidad?
Hacer eterno el momento, y es en ese momento donde el instante de la causalidad de la Casualidad, hace divina la eternidad.
Instaura la divinidad mediante una trinidad: momento, hipóstasis, eternidad.
En el momento que la Hipóstasis entra en el tiempo, nace la Eternidad.
La Casualidad es pues la sala de operaciones, el lugar de reunión de la trinidad.
Chynotaw O’hara
Nâda: algo desordenado
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