viernes, 3 de mayo de 2019

El fenómeno humano- Chynotaw O´hara


Lo creado y el creador.
Pensamiento y quién piensa.
Idea y quien tiene la idea.
El fenómeno humano.
Teóricamente conocemos el principio, nos lo contaron una y otra vez, y nos lo siguen contando hoy una y otra vez.
En el principio había quietud, desde la creación y en lo creado todo está en movimiento.
Hoy se explica desde la singularidad, un lugar donde no existe el espacio tiempo que conocemos y estudiamos. Desde y después de la singularidad viene la creación y lo creado, evolucionando con el tiempo que da el movimiento (la dinámica del cosmos).
La energía con la que impregna el movimiento la creación, se impregna de lo creado, luego, la falta de quietud primigenia la separa del principio donde si impera la quietud, la singularidad.
Los seres humanos estamos en disposición de contactar con la energía vital que nos impregna a los seres humanos y al universo. Ya nos hemos dado cuenta de la existencia de esta energía en nosotros y en el universo.
Tanto en física como en filosofía, añadiendo las experiencias de personas registradas a la largo de nuestra historia humana, hoy no se puede negar la existencia de una energía que conociendo su existencia se escapa a nuestro intelecto, y no la podemos explicar (todavía).
Desde su conocimiento ancestral (animista), este se ha utilizado para la salud y bienestar físico y mental. La relación humana con su entorno le llevó a la armonía con la naturaleza de quién compartía espacio y tiempo.
Darse cuenta de esta relación los llevó a observar que a falta de comunicación intelectual la relación era intuitiva, y se dieron cuenta de la existencia de una intuición humana.
La revelación fue dada al comprobar que existía armonía cuando no alteraban el orden en su alrededor, y dejaba de haber armonía cuando se alteraba el orden natural en su alrededor. Quienes se daban cuenta transmitirían a los demás esta observación desde un punto de vista social ¿cómo conseguiremos armonía en nuestro poblado? Aprendiendo de la naturaleza que nos rodea, si nos tratamos con la armonía con la que tratamos lo que nos rodea buscando armonía, también conseguiremos armonía en el poblado.
Así la intuición humana conoció la energía, como esta no se puede explicar (todavía), de las personas que se daban cuenta de ella y la estudiaban se hicieron sabias, consiguiendo un estatus social. Conocidas en las tradiciones chamánicas del planeta, transmitieron conocimientos médicos tanto para sanación como prevención de las enfermedades, contando las bases alimenticias que armonizan nuestro organismo físico y mental.
Los conocimientos de la humanidad sobre las plantas y raíces llegan hasta la antigüedad animista de nuestros ancestros.
Los conocimientos de los que hablo se adquieren desde lo que se sabe.
Por eso los maestros y maestras ancestrales, sabiendo esto, se comportarán como reflejos de sus discípulos y discípulas, esperando que se den cuenta por sí, de lo que saben ya, y desde aquí ir sumando sabiduría.
Se aprende poco a poco el mecanismo, y cuando se sabe, se le enseñará completo a quién de las personas, esté atenta, el algo nuevo que aprenda será darse cuenta que lo sabe.
Y darse cuenta muchas veces lleva a la comprensión ¿por qué muchas veces? Porque no nos damos cuenta a la primera, ni a la segunda, son muchas veces las necesarias hasta “darse cuenta”, y muchas más hasta saber que eso es comprensión, primero entenderemos y después comprenderemos.
Si entendemos que existe una energía vital comprenderemos que ella significará el orden en nuestro organismo, nuestro desorden orgánico y mental será debido a un desequilibrio energético, ocasionado por nosotros mismos y nuestra dependencia a causas y condiciones.
A esta energía vital se le ha dado muchos nombres a lo largo de nuestra historia, como si el nombre importara, y nos creemos que sabiendo su nombre la conoceremos, siento las personas que conocieron la energía y las que la conocen siguen sin ponerle nombre, para así no tener que explicarla

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